Friday, April 28, 2006

Adicto al Amor




Un extracto del nuevo libro de Lechanche: "Crónica de un Olvido" próximo a ser culminado....

"Trastorno de personalidad con dependencia emocional.

Ese fue el diagnóstico de mi psicóloga con respecto a mis males. En sólo una simple y compleja frase confluyen todos mis sentimientos y pesares. En menos de 10 palabras me ha definido como persona.
No me acostumbro a esa definición. No puedo creer que mi mente y mis males se hayan condensado en algo tan simple pero a la vez complicado. Complicado porque al igual que cualquier otro mal ya sea físico o mental, este también implica tratamiento y cuidado.
Sencillo porque es una frase rápida y directa.
Tan fácil de recordar que me tomará mucho tiempo desprenderme de esa definición.

Prefiero el término amigable y cotidiano con el cual la psicóloga decidió cerrar mi terapia esa tarde.
--Amigo... Eres un “adicto al amor”

“Adicto al amor”... Eso da la impresión de un sujeto acabado, que ha perdido toda meta y visión en la vida, todo por el simple deseo de conseguir su ración diaria de amor.

Amorcilina... me inyecto amorcilina todas las noches.

Soy adicto a sus formas, a sus sabores, a sus emociones. Soy adicto a la persona que soy mientras la consumo.

Claro que soy adicto. Porque me gusta como me hace sentir. Ya sabes, dueño del mundo, domador del corazón, Artista del encanto y la seducción.

Feliz... completo.

Claro que lo soy. Soy adicto a los sabores de la piel. A los deseos de la carne, a las siluetas de una mujer en un lecho de pasión y al reflejo de sus ojos en una tarde soleada y eterna.

Nunca es suficiente. Siempre se quiere más. Mas besos, más tiempo, mas miradas... más suspiros.

No importa la hora, no importa el clima. Cuando el deseo de amar aparece es incontrolable y desgarrador. El corazón late con prisa intentado escapar de su prisión de costillas y sangre. La mente bloquea la vida cotidiana, nada es perfecto si ella no está.

¿Cómo no buscar una dosis extra de amor para mis venas? Una droga que se quede conmigo, que no se marche. Una droga de amor a la cual recurrir todos los días de mi vida hasta que mis ojos se cierren por cansancio y vejez.

Esa es la droga que todos buscamos. Pero al parecer hacerlo en extremo es dañino para la mente y el alma.

Mi droga está lejos de mi. En otra ciudad rodeada de otra gente. Sonriendo alrededor de rostros ajenos. Durmiendo en una cama vacía y fría. Soñando conmigo en las noches porque no estoy con ella. Mi droga me extraña pero no quiere que el mundo lo sepa.

Mi droga me extraña, pero no quiere que su propio corazón lo admita."

Sí... es verdad. Soy un adicto al amor.